martes, 18 de julio de 2017

Newell's Old Boys 4 - Real Madrid 0


Newell's Old Boys 1927, cuadro que le ganó 4 a 0 a Real Madrid en el Parque. Parados: Ángel Rizzi, Alfredo Chabrolín, Bernardino Nuin, Florindo Bearzotti, Carlos Villa y Miguel Castagno. Agachados:  Agustín Peruch, Humberto Libonatti, Alfredo Frei, Vicente Aguirre y Juan Francia.
 

En julio de 1927 el conjunto de Real Madrid llegó a la Argentina en el marco de una Gira americana. Tras los encuentros disputados en Buenos Aires, llega a Rosario para enfrentar al equipo Más Popular. Venía de obtener un triunfo sobre boca juniors por 2 a 1 en su estadio. La delegación de la escuadra madridista era encabezada por un tal Santiago Bernabéu. La flamante personalidad merengue hacía las veces de delegado y entrenador.

“En 1912 debuto en Madrid. Dos años después me incorporo al primer equipo, del que soy su capitán hasta 1926. Entonces, en 1927 tuvo lugar la excursión americana. Cuatro meses a jugar dieciséis partidos. Iba como delegado y entrenador. Ganamos nueve. Cuatro empates y tres perdidos. Salimos un 13 de junio y volvimos el 6 de octubre. Después, ocho años directivo. Hasta el verano de 1935, y ahora, once años de presidente. Aquel viaje americano creo que es lo más importante que he hecho. Marcó el paso de lo “amateur” a lo profesional. Viaje de prestigio deportivo decisivo” dice Santiago Bernabéu en una entrevista realizada en 1954 (1). Aquél viaje quedó grabado en el vivo recuerdo de los madridistas, y sus palabras evidencian lo trascendental que fue disputar los partidos en tierras lejanas. Como no podía ser de otra manera, para medir fuerzas en la Ciudad de Rosario, el cuadro europeo llegó al Parque para enfrentarse con Newell's Old Boys.

El entunsiasmo en el Pueblo Leproso fue tal que colmó el Estadio del Parque Indenpendencia desde temprano. Debido a la importancia del partido de carácter internacional, ningún Leproso quería dejar pasar la oportunidad. Ese día el cuadro de la Lepra contó con el préstamo del guardavalla de Central Córdoba Bernardino Nuin, quien años antes había defendido el arco de Newell's.

El periódico “Heraldo de Madrid” relata:
"(...) Desde los primeros momentos se observó que el Newells Old Boys dominaba a sus rivales. (…) El Madrid jugó con gran desgracia y desconcierto (...). A los dos minutos del segundo tiempo el delantero rosarino Francés obtuvo un nuevo goal, que inició el descalabro madrileño. Dos nuevos tantos aumentaron el score de los argentinos, que tuvieron una gran actuación de conjunto. (...)"


Iniciado el partido Newell's fue una tromba asediando a los desorientados españoles. A los 13 minutos Vicente Aguirre con un potente zapatazo doblegó la portería de Vidal. Se abría el marcador y el delirio pasaba a las tribunas rojinegras. El complemento se volvió desfavorable para los visitantes rápidamente. A los 2 minutos nuevemante Aguirre marca para Newell's. A los 10 minutos Humberto Libonatti anota el tercero. Y finalmente, a los 25 minutos, Juan Francia decreta el 4 a 0 final. Formidable goleada de Newell's que no perdonó el descalabro del distinguido rival.

Síntesis del partido. 
Jugado el domingo 17 de julio de 1927.

Newell’s Old Boys 4: Bernardino Nuin; Ángel Rizzi y Florindo Bearzotti; Alfredo Chabrolín, Carlos Villa y Miguel Castagno; Agustín Peruch, Umberto Libonatti, Alfredo Frei, Vicente Aguirre y Juan Francia.
Real Madrid 0: Manuel Vidal; Juan José Urquizu y Félix Quesada; Luis Marín, Lope Peña y José María Peña; Moraleda, Triana, Travieso, Gurucharri y Del Campo.

Goles: 13’ y 47’ Vicente Aguirre, 55’ Umberto Libonatti y 70’ Juan Francia.
Árbitro: Servando Pérez (de Buenos Aires). (2)

A continuación compartimos el detalle de los 16 partidos que el Real Madrid disputó en el continente americano. Siendo el triunfo leproso el peor traspié que sufriera el cuadro visitante. Aquellos años de la década de 1920 eran previos a la organización de los mundiales. El único torneo mundial del fútbol se llevaba a cabo en los Juegos Olímpicos. En París 1924 Uruguay fue el campeón, y en Amsterdam 1928 la final fue una brega épica entre argentinos y uruguayos que terminó en empate 1 a 1. En un segundo partido los uruguayos retuvieron el oro con un triunfo 2 a 1. En 1927 el Real Madrid llegaba a la región que predominaba el fútbol. Gloriosos días de una tierra en la que aún florecía el amateurismo, marrón o cuestionado por las cajitas de fósforos, pero que logró imponer su estilo rioplatense frente a los europeos.

Extracto de wikipedia
(1) Entrevista con Santiago Bernabéu
(2) Síntesis extraída de Historia del Fútbol Rosarino 

viernes, 14 de julio de 2017

Jorge Griffa - Hacha


Jorge Griffa back de Newell's Old Boys en el Parque 1956
El siguiente es un extracto de los pasajes más relevantes de la charla 100x100 que sostuvo El Gráfico con Jorge Bernardo Griffa a finales del 2016. Al final podes encontrar el enlace al sitio oficial de la publicación para leer las 100 preguntas y respuestas. ¿Cambios? Algunos, el principal es escribir correctamente el apellido del alemán Adolfo CELLI, imperdonable que una prestigiosa publicación no tenga conocimiento de semejante Maestro, roza la falta de respeto. ¿Omisiones? Muchas, figuras como el Oso Diaz, René Pontoni, José Ramos, compañeros como José Yudica, Raúl Miralles, Roberto Puppo, la Bruja Raúl Belén, merecían estar presentes. Pero bueno, todo no se puede. Como han pasado añares, poco importa. El Hotel que el Club está a punto de inaugurar en el predio de Bella Vista lleva el nombre "JORGE BERNARDO GRIFFA", a pedido del responsable de semejante obra: Marcelo Bielsa.

"De pibe me decían “aceite quemao”, porque mi mamá me peinaba con gomina y parecía que tuviera aceite en la cabeza. Ya de jugador, eran vinculados al fútbol agresivo y contundente que practicaba como back central. Era duro. Hacha y esas cosas me decían.
¿Cómo era de jugador? Un marcador central, derecho, con temperamento superlativo. Era muy fuerte en el choque, medía 1.81 y eso lo hacía notar. Cuando saltaba a cabecear, no perdía; cuando trababa, tampoco.
¿El temperamento se trae de cuna? Para mí, sí. Las necesidades y exigencias del fútbol me pedían una entrega total, no aflojaba ni medio para llegar al éxito, nos jugábamos la vida en cada pelota dividida. De hecho, toda mi carrera la hice con los ligamentos cruzados de mi rodilla derecha rotos.
¿Cómo hizo para jugar toda su carrera con los ligamentos rotos? Me los rompí a los 21 años en cancha de San Lorenzo. En esa época, la iluminación en el Gasómetro era con una línea de focos que colgaban de unos cables que cruzaban la cancha. O sea que si le pegabas para arriba, podías bajar un foco o también que la pelota pasara de largo, la perdieras de vista y la volvieras a ver recién cuando estaba cayendo y entraba en la zona iluminada. Reíte pero era así. Bueno, me rompí los ligamentos en esa cancha y como era muy complicado operarse, seguí así.
¿Le dolía para jugar? Claro que me dolía, me pasaba el lunes acostado con hielo en la pierna. Para jugar, me vendaba debajo de la rodilla y eso impedía que se estirara del todo; si no jugaba con eso, se me iba la pierna. Con la venda la trababa. Me limitaba y daba ventaja, pero como tenía un gran temperamento, superaba el dolor e iba para adelante. Operarse de cruzados en esa época era prácticamente abandonar el fútbol. Aguanté hasta este año, que finalmente me tuve que operar.
¿Por qué? Porque estaba rengo, se me dificultaba desplazarme. Me operó el doctor Canale, del Centro Médico Pueyrredón, y quedé magnífico. Todavía puedo patear, con cautela, no vaya a ser cosa que se me rompa otra vez.
¿En su época se buscaba trascender como una salida económica? Para nada. Si además teníamos que trabajar, porque no alcanzaba con lo del fútbol. Yo fui cadete, luego trabajé en el correo como aprendiz de telegrafista. Y en la Primera vendía vino León, con Pichulo, compañero mío en Alumni de Casilda. Cargábamos el camión después del entrenamiento, enfrente de la cancha de Newell’s, e íbamos parando en Zavalla, en Pujato, en Casilda, y les vendíamos a los almacenes, gracias a las vinculaciones del fútbol. En España ya no tuve que trabajar, pero hasta entonces, sí.
 ¿Cómo llegó al fútbol grande? Me vine a probar a Platense. Me querían fichar pero no tenían pensión y me tuve que volver. Al poco tiempo me probé en Central, porque en ese tiempo era muy difícil conseguir el contacto en un club para probarse. Rímini, un periodista rosarino, me hizo el calce para probarme en Central y les gustó mi acción, pero cuando se enteró el alemán Celli, un maestro que tuve en Newell’s, porque yo ya me había probado ahí, me fue a buscar a Casilda y me dijo “vos tenés que venir a Newell’s”. Mi única ilusión, entonces, era jugar en un equipo profesional.

Preliminar Newell's Old Boys 1ra Fecha 1955, Arriba: Jorge Griffa, Claria, Masuelli, Fontana, Mastrogiuseppe, J. Echeverría, José Ramos (Entrenador) y Zeballos (Masajista). Abajo: Chapita Marassi (Auxiliar), Nardiello, Carranza, Roche, X, y X
¿En qué venían a Buenos Aires a jugar? En tren. Salíamos el sábado y parábamos en un hotel de Constitución o en la cancha de Huracán, donde había una pensión. Salíamos a la tarde, 4 o 5 horas de viaje y llegábamos a la noche para cenar. Lo peor era la vuelta: salíamos después del partido, llegábamos a medianoche, yo me bajaba en Rosario Norte, de ahí me agarraba un tranvía e iba a las tres vías, que ahí terminaba el recorrido, de ahí me iba corriendo unas 20 cuadras, porque había muchos perros, hasta el control policial. Y ahí esperaba algún camión que fuera para Casilda, que son unos 50 kilómetros, y después otra corrida desde la escuela de agricultura, en la ruta, hasta casa.
¿A qué hora llegaba? A las 2 de la mañana más o menos, siempre con el bolsito con los botines. En general me subía en los camiones que llevaban leche, me acostaba sobre los cántaros y me tapaba con una lona.
¿En la semana eran las mismas peripecias? Mi tío Antonio, que es sacerdote, me prestaba su moto. Yo trabajaba en la tienda de mi padrino en Casilda, desde las 4 a las 7 de la mañana haciendo la limpieza, y de ahí ya me iba con la moto para Rosario. Nos entrenábamos a las 9 en la parte física en el Parque Independencia, entre los árboles. Si no tenía la moto, colectivo. Y si algún día me tenía que quedar a dormir, lo hacía en la Iglesia de San Martín y Oyola, donde estaba mi tío.
Tuvo un debut promisorio en Primera… Justo contra Independiente. Me pusieron de lateral y me pidieron que marcara a Micheli.  Y perdimos 3-0... por tres goles de Micheli. Ahí se terminó la función, y me mandaron para mi división. Pero mirá lo que son las cosas: al año siguiente de mi debacle se jugó un Racing-Newell´s en Buenos Aires y se lesionan Semprini y Danelutti, los marcadores centrales de la Primera y la Reserva. No les quedó otra que ponerme. Y nunca más dejé el puesto. Lo tomé y fue para mí, por eso siempre digo: capacidad, oportunidad y suerte. Mezclalas como quieras, pero tienen que estar las tres.
Usted pasó de Newell’s al Atlético de Madrid en una época en la que casi nadie iba a Europa. Era muy difícil ir a Europa, es cierto, y más todavía para defensores. En esos años jugaban en Italia Maschio, Angelillo y Sívori, todos delanteros. El único defensor que había era Santamaría, un uruguayo del Real Madrid. A mí me llevó Artur Bogossian, un intermediario que me vio en el Sudamericano que ganamos en Buenos Aires, y en el que marqué a Pelé en la final, en 1959. Me dijo: “Tú pertenecer a mí, yo llevar a Europa”. Y cumplió.
¿Ya se le veía pasta de crack a Pelé? Sí, claro. En una jugada salté a cabecear, y yo saltaba altísimo, pero este también saltó y me la ganó con el pecho.
¿El técnico le dijo: “Marque a Pelé”? En esa Selección los técnicos eran tres: De la Torre, Barreiro y Spinetto, pero no  daban muchas indicaciones. Había una disciplina, un orden general, y listo. Con el Atlético, ganamos la Recopa Europea a la Fiorentina y el DT era Villalonga, un profe. Así eran las cosas antes.
¿Era de hablar en la cancha? A mis compañeros. En el Atlético, Luis Aragonés manejaba el equipo de la mitad de cancha para adelante y yo lo hacía de mitad para atrás. Eramos dos potenciales entrenadores, cumplíamos la tarea del técnico dentro de la cancha. Si alguien no daba todo, le decía: “En el mediotiempo te agarro y te mato en el vestuario”. Aragonés dijo una vez: “Griffa nos enseñó a ganar”. Porque yo les repetí: “Muchachos, me importa un comino contra quién juguemos. Vamos a ganar, ¿me entendieron? ¡A ga-nar!” (sube la voz).

Newell's Old Boys 1956 previo al triunfo 2 a 0 a bentral en el Parque. Arriba: Ricardo Martínez Carbonell (Preparador Físico), Griffa, Sanguinetti, Nazer, Mastrogiuseppe, Miralles, Salvador Alonso (Masajista) y René Pontoni (Entrenador). Abajo: Nardiello, Puppo, R. García, Urquiza, Yudica y Fontana.
 ¿Cómo hicieron para ganarle dos finales de Copa del Rey al Real Madrid de Di Stéfano, Puskas y Gento? Dos finales seguidas, 1960 y 61, al Real Madrid de las 5 Copas de Europa. Y las dos en la cancha de ellos. Normalmente al Madrid le jugaban con temor, pero nosotros éramos bravísimos, prepotentes, no teníamos miedo. Faltaban cinco minutos para terminar y Alfredo me dice: “¿Será posible, Jorge, que nos ganan otra vez?”. Le contesté: “Sí, pelado, y no te acerques por nuestra área porque podés perder la cabeza”, ja, ja.
¿Difícil marcar a Di Stéfano, no? Con Calleja, que era tan duro como yo, le hicimos una entrada entre los dos y quedó en el suelo. Me acerqué y le dije: “No me tirés al referee en contra, Pelado, eh”. Y me contestó: “Jorge, cómo te voy a tirar al referee en contra, fijate, casi me fracturan el fémur” (risas). Después tuvimos una relación muy buena, no de amistad plena, pero sí de afecto, lo mismo que con Puskas, que casi no sabía hablar el español, y me decía, haciéndose el argentino: “Che, pibe, vení, che”, ja, ja.
¿Siente que tuvo dos vidas? Así es, y te cuento que vi la muerte con mucha tranquilidad, eso me llamó la atención. Bajé en la ruta, cerca de Pujato, porque había habido un accidente, y creí que necesitaban ayuda. Fue a los pocos meses de volver de España. Me apoyé en la puerta del coche y vino un camión y de golpe me encuentro con que estoy dando vueltas por el aire, y caí como en un colchón de pasto.
Ahí se terminó la carrera de futbolista. Claro. Me venía insistiendo el Espanyol con que volviera y yo daba vueltas. Con ese accidente se terminó todo. Estuve dos meses en cama todo enyesado, y al hospital me fue a ver Armando Botti, el presidente de Newell’s, para ofrecerme el equipo.
¿Aceptó? Sí, porque cuando uno deja de jugar cree que se las sabe todas. A los primeros entrenamientos fui con muletas. A los pocos meses me arrepentí y no fui más.
¿Qué no le gustó? Me di cuenta de que no sabía nada, que lo que tenía era empuje y experiencia de jugador. Y me dediqué al fútbol juvenil. Nunca más dirigí mayores.
¿Por qué el fútbol juvenil? Era algo que sentía. En ese momento, se enseñaba por instinto antes que por conocimiento, y yo dije: “Hay que prepararse para que el instinto quede como una historia vieja” y empecé a enseñar y aprender, a aprender y enseñar. Aprendía de lo que miraba, de lo que olfateaba, de lo que de alguna manera probaba y me salía mal, o probaba y me salía bien, de lo que había que ampliar, lo que había que eliminar, y en esa cantidad de conceptos que me fue enseñando el fútbol, me hice eco de las necesidades.
¿Cuál fue la clave para que el semillero de Newell’s explotara en esos años? Antes los chicos iban a probarse a los clubes, era muy difícil conseguir un contacto para una prueba. Mi pensamiento fue: “¿Cómo podemos competir con River, Boca y los grandes?”. Le propuse a la dirigencia que en vez de esperar que traigan jugadores, fuéramos a buscarlos. Y en vez de sacárselos, le ofreciéramos un convenio al club de origen para que también tuvieran algo. Esas fueron las innovaciones que implementé. Y realmente nos dieron resultado.
¿Bielsa era muy malo como jugador? Era del montón. Lo conocí con 17 años. Se presentó en el vestuario con una camisa blanca y me dijo: “¿Usted es Jorge Griffa?”. Sí. “¿Usted viene de Europa a este club?”. Sí. “Entonces usted está loco”, terminó, dio media vuelta y se fue. Ese fue nuestro primer diálogo.
Usted lo formó como entrenador. “Yo quiero ser técnico”, me dijo apenas se retiró. “Perfecto, vení a trabajar conmigo y veremos hasta dónde podés llegar. Necesitás tener un grupo de chicos elegidos y trabajados por vos y ese será el equipo del futuro”, le dije, porque él ya creía que sabía y quería empezar a dirigir. En esos años buscamos chicos por el país y se armó esa cuarta especial que luego fue la base del equipo campeón del 91 y 92.
¿Se peleó feo alguna vez con Bielsa? Nunca. Alguna vez declaré que el único que le podía pegar un cachetazo era yo, porque lo había formado, pero nunca hizo falta.
¿Está medio loco Bielsa o se hace un poco? Tiene ciertos desequilibrios de una persona normal (risas), fue así desde chico. Más de una vez quería matar a un referee y me tuve que meter para llevarlo a empujones dentro del vestuario. Hace mucho que no hablo con él. Hace un tiempo se dio una curiosidad: los dos compramos departamentos a 50 metros uno del otro, y sin saber que nos teníamos de vecinos.
¿Cómo armó esa red de 30 mil kilómetros para rastrear chicos con Bielsa? Yo tenía vinculaciones en todo el país, en las distintas ligas. Entonces llevaba a Rosario a los que eran la cabeza de esas ligas y les ofrecíamos relojes con la insignia de Newell’s, les dábamos charlas, para que se encontraran con alguien que algo les daba y que en el futuro nos dieran jugadores.
Era el maestro del trueque… Como en la época de los indios, ja, ja, entonces había una situación de afecto que se fue profundizando. Yo llamaba e invitaba, empezamos con cierta cautela porque no sabíamos dónde nos iba a llevar todo eso. Mi razonamiento fue: en vez de hacer enemigos porque les sacamos un jugador, vamos a crear amigos, porque les ofrecemos cosas y así Newell’s fue reclutando muy buenos valores y se hizo una potencia con todos los jugadores de divisiones inferiores.

Jorge Griffa, Newell's Old Boys y las estrellas que brillan sobre el cielo del Parque
 ¿El viaje con Bielsa? Le propuse a Marcelo hacer un recorrido por el interior para capitalizar chicos. “Este equipo de Zanabria se va a terminar en un momento y necesitaremos tener un entrenador preparado, que sos vos, y a un grupo de jugadores nacidos de sus propias divisiones inferiores, hay que buscarlos”. Y así armamos esa red por todo el país. Yo llamaba por teléfono a distintas ligas y les decía: voy a ir yo, o Bielsa. Y nos íbamos manejando, charlando.
Así encontraron a Pochettino, ¿no? Exacto. Esa historia es particular. Habíamos ido a Santa Isabel, cerca de Venado Tuerto, a dar un curso. Y en el asado de la noche, que era una regla de oro, alguien comentó de un pibe muy fuerte, Mauricio Pochettino, que estaba por ir a Central. Ya de regreso, yo manejaba, Bielsa me pregunta: “¿A qué hora llegamos a Rosario?”. Y le contesto: “No, Marcelo, nos vamos a Murphy a ver a este chico Pochettino”. Llegamos a su casa a las 2 de la mañana.
¿Tocaron el timbre a las 2 de la mañana? ¡No había timbre! Nos pusimos a aplaudir, golpeamos la ventana... Se asomó el padre, no entendía nada, estaban durmiendo. “Soy Jorge Griffa, vengo porque quiero hablar sobre su hijo”, le dije. Nos recibieron en la cocina, estuvimos charlando, empezamos a hablar de la soja… Yo tenía campo con soja, pero en ese momento a mí me importaba un comino la soja. Cuando le pregunté por el pibe, me dijo que iba a firmar para Central. Le hablé: “Mire, no le digo que no firme para Central, pero que pruebe en Newell’s y luego elija. No es lo mismo ir a un club que tener dos para elegir”. Entonces en un momento le pregunté si lo podíamos ver. Y nos llevó a la habitación, estaba durmiendo. Levantó la sábana y era un elefante… (risas).
A usted se lo criticó por eso, justamente, privilegiar a los grandes por sobre los chiquitos talentosos. No es así. Yo no quiero dar ventajas, pero si hay un chiquito que juega fenómeno, adentro, como Ezequiel Barco, al que trajimos nosotros a Independiente de mi academia. Pero un equipo entero de chiquitos, nooooo, eh. Para mí, en un futbolista, cuentan lo técnico, lo físico y lo psíquico. No se pueden obviar esos argumentos. Si tenés lo tres, vas a estar más cerca del éxito que del fracaso. Tenés que trabajar sobre los tres. El camino del fútbol, les digo siempre a los chicos, es: uno al posible éxito, que es duro y difícil, o al seguro fracaso, que es muy simple. Es decir: si se dedican a la joda, no se sacrifican ni se cuidan, van por la segunda.
¿Cómo lo vio a Batistuta? Vino en un equipo de Avellaneda, ciudad del norte de Santa Fe, a jugar un campeonato provincial a Rosario. Lo vi grandote, fuerte, no le pegaba tan bien pero tampoco tan mal, y cabeceaba fuerte, todo por instinto e improvisación, porque nadie le había enseñado nada. No le gustaba mucho el fútbol, tenía dudas, así que pedí hablar con su papá. Y el padre tampoco estaba convencido. Le pedí que probáramos un año, que el chico iba a seguir estudiando en Rosario, porque yo los hacía seguir estudiando. Probamos y se quedó, por suerte…
Pero antes lo mandó a lavar vidrios, ¿o no? Bati llevaba un tiempo en el club y vino un día y me pidió unos viáticos para que pudiera tener algo ahí. Los clubes estaban fusilados, así que muchas veces yo le daba dinero a algunos chicos que me interesaban. Lo sacaba de mi bolsillo, de mi campo, en realidad. Entonces le dije a Bati: “Andá a limpiar todos los vidrios de la cafetería y te doy esa plata que vos querés”. Y Bati lo hacía.
¿Después recuperaba ese dinero? No, lo tomaba como parte de mi trabajo, si en Newell’s estuve cinco años sin cobrar. Por suerte tenía mi campo, y andaba bien. Un día, el presidente Botti me dijo: “Jorge, el club no tiene más plata, los directivos no tiene más plata, mis amigos no tienen más plata, yo no tengo más plata, haga lo que quiera”. Me quedé. Durante muchos años nos entrenábamos entre los árboles en el Parque Independencia. Incluso, en algún tiempo no teníamos ni pelota ni lugar para hacer fútbol, y los llevaba a la cancha de Central Córdoba y los hacía pasar por debajo del alambrado para jugar ahí.
El Predio de Bella Vista no existía entonces… Claro. Ese predio se lo marqué yo a García Eyrea, presidente de Newell’s, allá por el 76 o 77. “Tenés que comprar ese predio que está en venta; si no lo compras, me voy del club”, le dije. “¿De dónde vamos a sacar la guita, si no tenemos?”, me contestó. “Cuando vendas al primer jugador, de ahí una parte dejala para comprar el predio”, seguí. Al poco tiempo vendieron a Víctor Ramos en 450.000 dólares y separó 50.000, y con eso se compró el predio.
Pero tardaron en armarlo… Cuando el presidente lo vio, me quería matar. Era un basural. Le dije que le íbamos a poner liso y meterle medio metro de tierra negra de las excavaciones que hacían para los edificios. Y le salió un pasto espectacular.
¿A Julio Zamora lo rescató de la villa? Ya estaba jugando en la primera local, pero había dejado de ir. Me dijeron dónde vivía y me metí con mi auto adentro de la villa. Me dijo que tenía toda la ropa mojada y no le quedaba ropa para ir a entrenar. Lo subí al coche, lo llevé a una tienda y le hice comprar zapatillas, pantalones, una camiseta, remerita y una camperita. “Ahora no me faltes a un entrenamiento más, eh”, le dije. Y no volvió a faltar.
¿Plata de su bolsillo? Exacto.

Jorge Griffa en el Parque junto a grandes valores de Newell's Old Boys
A simple vista me hace acordar a Pedernera, ¿se lo dijeron? Lo conocí a Don Adolfo. Cuando vine con los chicos de Newell’s a jugar contra los de River, me encontré con Pedernera y le dije: “¡Qué gran gusto, maestro!”, y él me contestó: “Usted también va a ser un maestro”.
¿Cuál es la clave de un buen formador de inferiores? La entrega total en la vocación. No hay que tomar esta tarea como parte de una escalera para llegar a ser entrenador de la Primera. Hay que estar seguro y decidido a trabajar en el fútbol juvenil, porque es la base de sustentación. Eso no quita que aquellos que están en el fútbol juvenil no puedan pegar el salto al fútbol profesional y ser exitosos.
Otro atributo. La entrega total. Es olvidarse de vivir, porque uno se dedica tanto... Durante 23 años, en Newell’s yo arrancaba a las 7.30 de la mañana y volvía a las 10 de la noche a mi casa. Estaba a la mañana con unas divisiones, a la tarde con otras, y entre las 7 y las 10 de la noche atendía a los padres, a los tíos, a los abuelos, a las necesidades de todo lo que había alrededor de los chicos. Lo mismo hice después en Boca.
¿Se arrepiente de haber perdido parte de su vida allí? No, porque cada uno tiene un camino que le marca Dios y le dice “metete y dale”. Ni mi mujer ni mis hijos me reclamaron jamás porque me veían bien.
¿Cuántas veces necesita ver a un jugador para subirle o bajarle el pulgar? Te podés dar cuenta en una jugada o podés no darte cuenta en todo el día, no hay reglas fijas.
¿Qué mira? Lo primero, su técnica. E inmediatamente después, la velocidad y su temperamento. La técnica es el movimiento individual para desarrollar lo colectivo: cómo para la pelota, cómo la lleva, cómo la maneja, determinadas situaciones. El jugador ideal tiene técnica y temperamento, es fuerte y coordinado, posee velocidad física y mental, es inteligente y psicológicamente equilibrado. Ahí tenés el ideal. Ahora, el que más se acerque a esos atributos, más probabilidades de éxito tendrá.
¿Sacar jugadores o salir campeón en inferiores? Todos quieren ganar, lógicamente. Para ganar, necesitás gente con capacidad. Al jugador no se le debe exigir ganar, se le debe enseñar a ganar. Yo le doy argumentos para que tenga éxito y pueda ser ganador. Si un equipo de inferiores sale campeón, quiere decir que algunos jugadores son buenos, porque no sale campeón cualquiera. Y si no ganás nada, te preocupás, porque significa que tenés limitaciones en el plantel.
Promovió un montón de chicos, ¿a quiénes siente como hijos? Son tantos… El Negro Gallego me sentía como padre y yo lo sentía como hijo. Lo saqué de una fábrica de ventiladores para que me lo dejaran venir a jugar con nosotros. No fue el único, hay un montonal de chicos que vivieron situaciones así.
¿Por qué dejó Newell’s y por qué fue a Boca? De Newell’s me fui porque con el presidente Eduardo López no coincidía en nada. No en el fútbol, sino en la vida. Ya no podía estar ahí. Me vino a buscar a mi casa y me mantuve en la negativa. Decidí dedicarme a mi campo, que tengo en Arequito, y a los pocos meses me llamó Mauricio Macri a mi casa. Se iba a presentar en las elecciones y quería que yo trabajara con los juveniles.
¿Le molestó que al estadio de Newell’s le pusieran Marcelo Bielsa y no Jorge Griffa? Para nada, nunca he tenido ambiciones de esa naturaleza. Nunca me sentí ofendido por esas cosas, me pareció bien.
En la época en que Messi se fue de Newell’s, ¿usted estaba en inferiores? No, porque yo me vine en el 96 para Boca, y Messi se fue a Barcelona en el 2000 o 2001. Nunca llegué a ver a Messi en Newell’s. Lo cierto es que a esa edad hay una enormidad de chicos con grandes condiciones que finalmente no llegan. Pasa en el fútbol. Vos podés acertar en mil jugadores pero errás en uno y te dicen “Ah, erraste en uno”.
¿Por qué se candidateó a presidente de Newell’s? Gente amiga me pidió que lo hiciera porque le podía ofrecer cosas al club, y de entrada me sirvió un poco como estímulo, pero cuando empecé a ver todo lo que era la política dije “esto no es para mí” y me retiré. Directamente no me presenté.
¿Cuál es el principal problema de los pibes? La computadora y el teléfono, que los absorbe. Hay tres cosas que debe tener: lo técnico, lo físico y lo psíquico. Eso les inculco a los entrenadores para que profundicen sobre los tres. Lo técnico en lo futbolístico, lo físico no es solo en la cancha, sino en su vida privada, y lo psíquico es sentirse ganadores.
¿Cómo se maneja con los padres? Nunca he tenido mayores problemas. Cuando me vienen a pedir que jueguen, les pregunto: “¿Usted qué quiere de su hijo? Lo mejor ¿no es cierto?”. Cuando me dicen que sí, ahí mismo les digo: “Yo también”.
¿Qué hace cuando le ofrecen dinero para fichar a determinado chico? No lo viví nunca, quizás porque nunca tuve esas tentaciones, sino más bien al contrario: a mí, el fútbol me costó plata de los bolsillos. El club que lleva mi nombre, por ejemplo, me ha costado como un millón de dólares, así que vos me dirás cómo recupero eso (risas). Por otro lado, si me entero de que algún entrenador de las inferiores recibe dinero de los padres, lo echo inmediatamente, con eso no hay vueltas." **

 ** Entrevista extraída de la revista El Gráfico

jueves, 13 de julio de 2017

Copa de Oro 1943 - Torneo Internacional Nocturno


Newell's Old Boys 1943, Arriba: Honores, Gilli, Sobrero, Carlucci, Reynoso y Perucca. Abajo: Cámer, Canteli, Pontoni, Morosano y Ferreyra. Foto de Editorial Atlántida
Newell's Old Boys previo al encuentro frente a boca en el Parque por el Torneo Internacional Nocturno 1943 (Copa de Oro, o también denominado el torneo de los Grandes).

Tras un debut trunco frente a independiente, el cuadro dirigido por el incansable Adolfo Celli, logró 3 victorias consecutivas frente a racing, nacional de Uruguay y Huracán, que dejaron a la Lepra como líder del certamen.

"El sábado 13 de febrero 1943 Ñuls tuvo que defender su liderazgo ante el difícil Boca Juniors. Esa noche el estadio del Parque de la Independencia contó con una concurrencia de 35.000 espectadores. Además se recaudaron $ 26.153, la más alta del certamen, lo que demuestra la trascendencia que tuvo el torneo entre los hinchas leprosos, que llenaron la cancha. A los siete minutos Juan Silvano Ferreyra abrió el tanteador a favor de los rojinegros, luego a los 36’ Gandulla estableció la paridad transitoria con que se fueron al descanso. Sobre el epilogo del complemento el santafesino José Belermino Cantelli anotó el tanto de la victoria de Newell’s, que se consolidó en lo más alto de la tabla de posiciones. En la jornada siguiente el cuadro rosarino viajó a Montevideo para medirse frente a Peñarol, en el estadio Centenario, donde acudieron 50.000 personas." **

Tras la victoria de Newell's, hondo pesar en la prensa, cuestionando que la superioridad del marcador no fue lo visto en el desarrollo del partido.

José Canteli, Ernesto Lazzatti de boca y Mario Morosano entre bastidores. Foto de Editorial Atlántida


** Texto extraído de HISTORIA DEL MAS POPULAR

jueves, 6 de julio de 2017

Los Hermanos Tarrío - Oscar y Ezequiel



Sí amigo Leproso, así como los ves, ahí va la defensa completa del Newell's Campeón 1933 y 1934. Sí, se jugaba con dos backs nomás. Y claro, como no iba a ser menos, si hasta el mismísimo Carlos Gardel visitó el Parque en 1934 para ver jugar a ese Newell's.

Los Hermanos Oscar y Ezequiel Tarrío llegaron al Parque desde buenos aires (san lorenzo). Firmes en la marca, aguerridos en el cierre, limpios en el quite, cabeza levantada y salida al ras del piso desde el fondo.

Newell's Old Boys 1932, gestando el Tricampeón... Ezequiel Tarrío, Chabrolin, Oscar Tarrío, Gerónimo Díaz, Alfredo Díaz, Julián Sosa y Gabreil Pezzutti (Botiquín). Abajo: Agustín Peruch, Sghini, Ignacio González, X  y Galimberti
En su regreso a buenos aires, Oscar lucía un prominente anillo con la insignia del querido Newell's Old Boys. Luego emigró a Europa, y regresó a buenos aires en 1941 para finalizar su carrera profesional. Jugó un partido en san lorenzo (1ra Fecha del Torneo AFA 1941, derrota en el Parque frente a Newell's 5 a 1) y pasó a Atlanta. Con el equipo de Villa Crespo, Oscar regresa al Parque en la 5ta fecha, y nueva goleada de Newell's, esta vez 5 a 0. Por la fecha 12, Atlanta recibe a la escuadra cricketera previo al clásico, y lo despacha con un contundente 9 a 1. En la fecha 20, Oscar Tarrío enfrenta por 3ra vez en el Torneo a Newell's, y esta vez sale airoso con un 3 a 2 a favor de los de Buenos Aires. El 5 de octubre de 1941, por la fecha 27, Oscar regresa por última vez al Estadio del Parque, esta vez para medirse contra la escuadra cricketera. Triunfo de Atlanta  1 a 0. En 1942-43 fue entrenador de la escuadra porteña de boca juniors.

Ezequiel siguió jugando en la primera de Newell's hasta el 1938. Obtuvo el tricampeonato en el 35, y no contamos con más información. Ya con Newell's ingresando alos torneos de AFA, Ezequiel no integraba el plantel. Ese año 1939, disputó los partidos para la Reserva Leprosa. Volvió al Parque para ser Entrenador del primer equipo cuando las papas quemaban, cuando había que poner la cara, en 1952 junto a Ricardo Martínez Carbonell y en 1953. Las glorias Leprosas no se esconden cuando el Club los necesita.

Newell's Old Boys 1952
Fútbol, juego, marca, toque, idilio con la afición, 2 backs superlativos que pasaron por el Parque vistiendo fina y coqueta la camiseta de Newell's Old Boys.
LOS GRANDES JUEGAN EN EL PARQUE, EN NEWELL'S.
SALUD

Gracias ALMA LEPROSA EN SAN MIGUEL por compartir el recorte: http://almaleprosaensanmiguel.blogspot.com.ar/ no se pierdan de visitar este blogazo Lperoso.

miércoles, 5 de julio de 2017

Julio Libonatti - Matador


Julio Libonatti Campeón de Newell's Old Boys
5 de julio de 1901 en Rosario nace Julio Libonatti. 

Se inició en Belgrano, y en la adolescencia llega a Newell's Old Boys. Crack de la 4ta Leprosa "de fierro" 1917, en aquellos días cuando el primer equipo deambulaba las canchas sin respuestas, y cuando el poder futbolístico acechaba en las sombras para empujar al camino del desguace  que habían tomado las demás escuelas de Fútbol del país. Una promesa asomaba. 

Con la llegada a Newell's de Adolfo y Ernesto Celli y Atilio Badalini desde Gimnasia y Esgrima Rosario en 1917; Julio Libonatti se decidió por el fútbol. Sí, se decidió, porque por aquellos días solía presentarse en las tablas junto a compañeros de la colectividad italiana de Rosario. Deslumbraba a su público, pero el fútbol requería exigencias y compromisos que motivaban su ausencia en los ensayos, y perjudicaban su performance si los sábados a la noche aparecía en los teatros. Se inclinó por el deporte de las masas.

Con tan solo 16 años debuta en la primera desplegando todo su potencial. En 1918 es Campeón de la Copa Vila convirtiendo 8 goles. “Pequeño, rápido y ágil en el remate, el argentino tenía un control de balón natural y un disparo directo y preciso. Desinteresado en el juego como en la vida, marcó hordas de goles golpeando el centro de la pelota con la punta del pie, como si fuese un jugador de billar", escribió alguna vez Giglio Panza periodista e historiador italiano.

Julio Libonatti convirtiendo uno de sus 64 goles en Newell's, en la foto el primero en el triunfo 3 a 1 frente a Unión de Santa Fé 1920. Foto revista Atlántida.
Una postal clásica de aquellos años en el Parque era ver a Julio y su hermano Umberto junto a su padre apilando ladrillo por ladrillo, construyendo la tribuna original que da al Hipódromo, durante años llamada "tribuna Libonatti" o tribuna roja.

Julio Libonatti, AS todoterreno de la época. Los cracks iban a ocupar el puesto que les anunciaba el capitán. Es de notar que los jugadores cubrían todos los puestos, y en la mayoría de los casos cumplían con solvencia los requerimientos. El 8 de septiembre 1918 por la Copa Vila, Newell's enfrenta a Nacional (hoy Argentino) y Julio Libonatti sale al campo como guardavalla. Notable actuación del reconocido delantero, dejando la valla en 0. FUTBOL TOTAL


"En la Lepra jugó ocho temporadas y ganó tres Copas Nicasio Vila (1918, 1921 y 1922) y la Copa Ibarguren (1921), que por entonces tenía alcance nacional y enfrentaba al campeón rosarino con el ganador de la liga argentina, que en la práctica la disputaban sólo equipos de Buenos Aires. En la final, Newell’s, con el recordado quinteto ofensivo de Celli, Badalini, Libonatti, Saruppo y Francia (1) como bandera, derrotó 3-0 a Huracán y el Matador –apodo por el que ya era conocido el delantero– marcó el último tanto".*

Newell's Old Boys Campeón Copa Ibarguren 1921. Arriba: Afredo Chabrolín, Isidoro Bourguignon, Alfonso Grenón, Bernardino Nuin, Filedolfo Salcedo y Adolfo Celli. Abajo: Julio Libonatti, Umberto Libonatti, Atilio Badalini, Blas Saruppo y Ernesto Celli. Foto Revista Caras y Caretas.
Sus notables actuaciones lo pusieron en la "órbita de la Selección Argentina, con la que disputó y ganó el Campeonato Sudamericano de 1921. Libonatti jugó los tres partidos y marcó tres tantos (contra Brasil, Paraguay y Uruguay), siendo el goleador del torneo. Esa fue su consagración en Buenos Aires, y una leyenda popular cuenta que luego del último partido ante los charrúas, que Argentina ganó 1-0, los hinchas lo llevaron en andas desde la cancha de Sportivo Barracas, en Iriarte y Luzuriaga, hasta la Plaza de Mayo, en el centro porteño. Dado que hay casi cuatro kilómetros de distancia entre ambos puntos de la ciudad, la veracidad del relato es dudosa, pero su sola mención es útil para entender la importancia que se le dio a su gol en los años posteriores, épocas en las que el fútbol empezaba a instalarse como una pasión criolla y la rivalidad entre argentinos y uruguayos se convertía en un clásico" *. 

Julio Libonatti, crack gaucho de la Selección Argentina. Foto revista El Gráfico.
"En el año 1925 Libonatti fue transferido al fútbol italiano concretándose de esa forma el primer traspaso de un jugador del fútbol local al europeo. Su primer destino fue el Torino, equipo con el que obtuvo el scudetto en la temporada 1927/28, y en donde actuó hasta 1934. Luego pasó a Genoa, donde jugó dos temporadas más y terminó su carrera como jugador / entrenador en el Rimini. Integró también la selección italiana, con la que convirtió 15 goles en 17 partidos" **.


El POTRILLO Libonatti, As de la delentera Leprosa. Foto revista El Gráfico.



Newell's Old Boys junio 1923. Arriba: Chabrolín, Grenón, Adolfo Celli, Bourguignón, Nuin y Salcedo. Abajo: Julio y Umberto Libonatti, Ernesto Celli, Garrone y Losada. Gran marco de público en el estadio del Parque.

(1) Como se puede ver bien en la foto del cuadro Campeón de la Copa Ibarguren 1921, en la final conrta Huracán no jugó Juan Francia, jugaron Umberto y Julio Libonatti. Pequeños descuidos de la prensa.

*   Textos de la revista El Gráfico
** Texto de ElRojinegro.com  

               Alma Leprosa en San Miguel
               Revista Caras y Caretas
               Revista El Gráfico
               Revista Atlántida
               Compendio de notas personales de Cipriano Roldán diario La Tribuna 1958/59, "Anales del Fútbol Rosarino".


sábado, 1 de julio de 2017

Raúl Oscar "La Bruja" Belén


Postal de la Bruja Belén en Newell's Old Boys. Foto revista El Gráfico.

Siguiendo el enlace podes acceder al AUDIO LECTURA de la publicación:


1 de julio de 1931, nace en Roldán: Raúl Oscar "La Bruja" Belén. A los 8 años le regalaron su primer balón. Comenzó a presenciar los picados en los potreros de Bella Vista donde nació su ilusión. Con 10 años ya enfrentaba a los de 20, "los gambeteaba una vez, dos, y a la tercera agarrate.." 

Apodado La Bruja por su inteligencia, rapidez, y fácil gambeta para apilar defensores. Certero remate y llegada al gol. Fanático de Newell's, en su adolescencia no se animaba a probarse por miedo a no quedar. Lo convencieron diciéndole "si quedas como jugador, te dan el carnet y podes ir al Club y presenciar los partidos de la primera" NO DUDO UN MINUTO MAS. 

Newell's Old Boys 1951, previo al triunfo 1 a 0 frente a San Lorenzo. De izquierda a derecha: Marassi (Auxiliar), Vicente De La Mata como Auxiliar, Peloso, Musimessi, Contini, Faina, Bustos, Fochi, la Bruja Belén, Puisegur, Montaño, Ortigüela, Salvador Alonso (Masajista), Kasparián, Ricardo Martínez Carbonell (Entrenador) y Kinesiólogo.
Con 17 años quedó como entre ala en las inferiores. Con el tiempo explotó como wing izquierdo. En 1951 hiso su debut en la Primera Leprosa compartiendo equipo con Glorias del Fútbol como Vicente De La Mata, Julio Musimessi, Francisco Lombardo, y Orlando Peloso. Con Yudica, Puppo, Pereyra, Picot y Nardiello le tocó comandar los quintetos ofensivos del 54, 55 y 56. La afición Leprosa lo adoraba y siempre había motivos para deleitarse con el fútbol de la Bruja. 

Newell's Old Boys 1954
El clásico jugado en el vueltódromo en 1956 comenzó con un temprano gol de bentral. Los minutos sucedían y parecía que la derrota quedaba sellada. Comenzado el 2do tiempo nada hacía suponer el cambio de la historia, Griffa iba y venía en el puesto de 5 , Semprini como back hacía malabares, Yudica y Pereyra perdidos en las líneas de cal.... hasta que La Bruja en sus convites del medio campo se hiso del balón, avanzó y no dudó. ... de treinta metros remató dio en el poste y rebotó en la espalda del goal-keeper sina. Golazo. Golazo. La Bruja en su delirio corrió a treparse al alambrado de la popular visitante y se quedó, se quedó festejando con su Pueblo. La lluvia de proyectiles cayó desde las tribunas locales. Se aguaba la fiesta de los cobardes. Pero el partido siguió. A los 30 minutos Luis Pereyra apiló sinas, se los llevó contra el arco, eludió al arquero sina y se metió dentro del arco. Gooooooooooooooooolllllllll de Newell's. 2 a 1 y se consumó el Triunfo. 
 
Al regreso, Belén, Yudica y Puppo se fueron cantando por las calles de aBrroyito, cuando pasaban por algunos bares recibían insultos de los oligarcas ferroviarios y el piojo Yudica se reía, se reía y la Bruja le decía "callate que nos matan", y el piojo seguía riéndose y contestaba "dejalos que se mueran". Llegaron a las casas de Bella Vista a las 3 de la mañana. Delirio Leproso. 

Raúl Belén emigró a rasin de Avellaneda en el 1957. Acechado por un falso diagnóstico de tuberculosis... perseguido por los operadores que dudaban si no corría, si se cansaba... En rasin jugó hasta 1964. Fue campeón ahí en el 58. Disputó con la Selección el Sudamericano 1959 jugado en Buenos Aires, y fue elegido wing del torneo y elogiado por Pelé, que siempre que se lo cruzó ponderaba las cualidades de la Bruja, diciendo que no había wing izquierdo como él. Sudamericano que le dedicó a los Hinchas de Newell's para dolor y rencor de la porteñada. Participó del Mundial 1962 de Chile. 

En la fecha 21 del torneo AFA 1960, rasin recibía a bentral en Avellaneda. Ese día los porteños dieron una sinfonía de fútbol y una lluvia de goles, el partido terminó 11 a 3. Ni bien terminado el partido se acercaron a la Bruja, el jugador aparecía compungido "¿qué te pasa, si vos sos leproso?" "Sí, lloro porque no pude ni hacer un gol" respondió. 

Por aquellos días la revista Alumni publicaba los partidos del domingo con un código que aparecía en los carteles de los estadios para que los hinchas pudieran estar al tanto de la fecha. En cada partido que jugaba rasin la Bruja previamente se anotaba en el brazo el código de Newell's. Así en cada corner o tiempo muerto podía chequear cómo iba su cuadro: Newell's Old Boys. 

Newell's Old Boys 1965. Empate 1 a 1 frente a River Plate. Con el regreso de la Bruja Belén se fortaleció el equipo. Deleite para los ojos Leproso, cuadro 1965 muy recordado. Arriba: Gironacci, De los Santos, Nemiña, Ramírez, Scoppa y Aguirre. Abajo: Vargas, Zucca, Jao Cardoso, Ferrero y "la Bruja" Belén.
Teniendo todo arreglado con un equipo Colombiano a finales de 1964 recibió el llamado de Hipólito Mario Parodi quién le preguntó "¿y si te retiras en Newell's?" "Pensalo" Raúl Belén, la Bruja, contó que esa noche no pudo dormir y a la mañana siguiente viajó a Rosario para estampar su regreso al Club de sus amores: Newell's Old Boys. Jugó en 1965 y 1966 con la difícil tarea de engrosar un promedio paupérrimo... y como no podía ser de otra manera, el objetivo se cumplió. Amigo Leproso, si la Bruja sabrá de poner la jeta o el cuero mismo para defender a Newell's que en aquel torneo de 1965 en la fecha 10 salió al campo como Jugador y Entrenador. 

Y en el Parque, un 25 de Mayo de 1965 en un partido disputado y friccionado con unas zigzagueantes gambetas se llevó al 8, al 4 y pumba, envió un centro a Ferrero, que no llegó, y en una magnífica entrada la Bruja la clavó... dicen que se desvió un poco, pero no opaca la alegría de cargarse al sina. 

"Aquel inolvidable martes 25 de mayo de 1965,lluvioso, cuando Angel Tulio Zof era nuestro técnico...Sí, hasta en eso la lacra sina va siempre detrás nuestro!!!! Se jugaba el clásico, y Belén se va por la izquierda, arco del palomar, gambeteando al 8 y al 4 sina, desborde perfecto, entra al área, como un misil, imparable, andrada se queda en el arco, La Bruja tira el centro atrás, y ante la arremetida de Ferrero, nuestro nro 10, messiano pone la pierna desesperado, desvía la pelota y GOOOOOOOLLLLL de NEWELL'S Carajo!!!!!! Inolvidable!!!!! Ganamos 1 a 0!!!!!" Comentario de Néstor Raúl Cordini.
"Soy tan jovato como vos y me emocionaste con el recuerdo de aquel inolvidable 25 de Mayo del `65, Claro q`estuve en la cancha y recuerdo q`ellos (como siempre) vendieron más humo del q`tenían y habían gastado 44 millones de pesos en armar un equipo p/ ser campeones y fracasaron, (como siempre)...Y les ganamos, es cierto, con gol en contra de Messiano, pero jugada colosal de la Bruja, YO SE LO OTORGUÉ A ÉL. Por eso, cada 25 de Mayo, me acuerdo de la Bruja y canto: "EL GOL DEL 25 VIENE ASOMANDO"...Recuerdos...de un lepra." Comentario de Siempre Leproso.

Y así con la tranquilidad de la tarea cumplida, la Bruja dijo adiós. Pero no se fue de Newell's. Nunca lo hiso. Siguió ligado al Club como Entrenador de inferiores en el ambicioso proyecto que Jorge Griffa instaló en Newell's en 1972. La Bruja tuvo un interinato en el Metro de 1973.

Con la Gloriosa la Bruja disputó 113 partidos entre 1951-56 y 1965-66. Marcó 27 goles.
Dirigió a la Primera de Newell's en 2 encuentros: 
Torneo 1965 fecha 10 derrota 2 a 0 con estudiantes en La Plata, ese día la Bruja salió al campo como Jugador y Entrenador.
Metro 1973, empate 0 a 0 con chacarita en el Parque.
Lamentablemente un 22 de agosto 2010 Raúl Oscar "la Bruja" Belén partió de esta manera de percibir la existencia.

¡¡¡BRUJA QUERIDO, SIEMPRE EN EL VIVO RECUERDO ROJO Y NEGRO, SALUD!!!

Comentarios extraídos de: ElRojinegro.com
Fotos compartidas de: Newell's El Museo y Alma Leprosa en San Miguel