miércoles, 28 de junio de 2017

José Próspero Fabrini


José Próspero Fabrini, crack rosarino

"Y le agrada muchísimo charlar con sus amigos -los de antes, los de ahora, los de siempre-; los mismos que sabemos escuchar a su paso comentarios como estos: "Sabés quién es...? "te acordas de Fabrini...? 
Y de inmediato substrayendo del letargo a la memoria, esta nos va retrotrayendo hazañas y jugadas inolvidables que junto a Rua, Eduardo Gomez, Ballesteros y Giribaldi, -como una cita- eslabonaron el rosario grande de recuerdos, que con otros tantos de otras épocas, nos acarician el cerebro, que trabaja, y el corazón, que recepciona emotivamente, nostalgiosos ambos de sensaciones irrepetibles.

"Ahí va Fabrini..." y con él, agrego yo, transita la gloria viviente de un pedazo grande de rojinegro orgullo... 

José Fabrini, Adolfo Celli entrenador y Gabino Ballesteros, postal del Parque en los 1930
 Sin presumir (de ninguna manera) de historiador, quiero contarles, simplemente, algo de lo que conozco de la trayectoria de este santiagueño peculiar a partir de su llegada a Rosario, proveniente de Fernández, su pueblo natal como queda dicho en la provincia de Santiago del Estero y previo paso muy fugaz por la localidad de Sunchales, cuando el año 1933 marcaba con diciembre, casi superado, su inexorable agonía. 
En los albores de sus 18 años (nació el 25 de junio de 1916), incorporado ya a las divisiones inferiores de nuestro Club participa de sus campeonatos del año 1934. Debuta integrando la segunda división (preliminar de primera) en el puesto que ocupó toda su vida: insider derecho. Siete partidos en esa división y luego su ascenso a la primera, división que nunca abandonaría, ni aún por los avatares propios de la carrera que había elegido apasionadamente. Recuerdo entre los integrantes de "aquél equipo", entre otros, a Gerónimo Díaz (el "pibe" inolvidable), Valdez, Bianchi, Denessini, Gonzalez, Azuimendi y Máximo Fernandez... 

Newell's Old Boys Tricampeón 1935, abajo en el centro Fabrini, Gómez con el balón y Ballesteros

(Máximo Femandez. Escribo este nombre y la emoción de su recuerdo hace vacilar el ritmo de mi corazón y "champurrear" nervioso sobre la maquina de escribir. Es que Máximo, además de un jugador extraordinario, -el único capaz de anidar la pelota en la red con un golpe de cabeza desde fuera del área y poseer un shot de singular violencia y dirección- fué incondicional amigo y compañero de tareas en la administración de la institución, en cuya "Jefatura de la "Sección Socios y Mesa de Entradas" cumplió una dilatada como eficiente labor. Hasta que una noche, sin que nada lo hiciera preveer porqué no estaba enfermo, confundió su sueño del descanso cotidiano con aquél otro fatal e inexorable de la paz definitiva y nos dejó para siempre). 

Máximo, como Fabrini, me han hablado mucho de aquella época de los años 30, heredera de nuestra gloria futbolística que de allí se proyectó hacia el tiempo y el mundo con el brillo de una tradición cualitativa, que arrancara, alla, en 1903, cuando en el patio rumoroso del augusto Colegio de "Don Isaac", sus "viejos muchachos" empezaron a darle a la redonda "cueruda y con tiento"... testigos de un amanecer brillante que asomaba con la historia del Club y precursor de un devenir venturoso. Del que somos testigos. 

El año 1939 marca un hito histórico en la vida del Club Atlético Newell's Old Boys. Los campeonatos de la Asociación Rosarina de Futbol habían adquirido la monotonía que supone el éxito permanente y compartido de dos o tres clubes, entre ellos el nuestro, que se alternaban los títulos de privilegio anuales y, además que por fundamentales razones de evolución pugnaban por tentar fortuna en otro círculo de mayor predicamente a nivel nacional. Fue así que tras arduas y fatigosas gestiones, no compartidas en aquél entonces por la mayoría de las entidades pares de la vieja Asociación, se produce finalmente, en ese año 1939 el ingreso del Club a la Asociación del Fútbol Argentino para participar en sus campeonatos oficiales, en el círculo privilegiado. El primer equipo que disputo en dicho torneo estaba integrado por los siguientes jugadores: Heredia, Gilli y Soneyro, Sisniega, Perucca y Reynoso; Belén, Fabrini, Eduardo Gomez, (el de los asombrosos goles de "chilena"), Morosano y Sánchez. Su comportamiento fué ampliamente auspicioso y el futbol rosarino, glorioso y admirado por antonomasia, justificó con nuestros representantes circunstanciales aquella inclusión ratificando el mérito de sus antecedentes indiscutidos.

2do partido disputado por torneos de AFA, 3 a 3 en Victoria frente a tigre. Abajo Fabrini, Gomez con el balón y Morosano
Entre otras alternativas muy gratas de aquél campeonato inaugural para nuestro equipo en el torneo mayor ha quedado registrado un hecho recordable inquietando jubilosa la evocación, la que se sitúa una tarde de domingo bullanguero en la cancha del Club Gimnasia y Esgrima de La Plata, cuyo equipo, el entonces famoso y popular "Expreso" punteaba las posiciones y su condición de invicto convocaba multitudes entre la que es obvio senalar predominaba la feliz falange "Tripera". Pero, imprevistamente, la sorpresa e incredulidad tendieron un frio manto de asombro en el viejo estadio del bosque. Newell's Old Boys de Rosario derrotó sin atenuantes y mucho de calidad y garra al presuntuoso "Expreso" por el increíble resultado de siete goles a uno. Fabrini, figura de la cancha, anotó cinco, repartiéndose el gozo de la singular victoria, con ribetes de hazaña, con otros goles de Perucca y Morosano. A partir de entonces Newell's, con patente adquirida de guapo elegante resultó atracción del Campeonato Oficial y su juego al mejor "estilo rosarino" significó atrayente y multitudinaria convocatoria en todos los estadios que debió visitar. 

Las exigencias del profesionalismo que empezaba a vislumbrar sus presiones financieras, por la puja de las entidades grandes de incorporar a los mejores jugadores de la época, inevitablemente alcanzaba a la nuestra, y en 1940, José Fabrini es transferido al C. A. San Lorenzo de Almagro. Antes, Gabino Ballesteros, el otro extraordinario entreala habia sido negociado también a la entidad de Boedo y al encontrarse con Fabrini, (ambición de más de un club), integró aquel otro quinteto memorable y memorioso que formaron con Fattone, Fabrini, Isidro Lángara (el Vasco increible), Ballesteros y Núñez. Y el prestigio de Fabrini seguía creciendo y su estampa aguerrida estaba insertada en la nómina de los mejores y mas positivos delanteros. De los contemporáneos, acaso fue el más codiciado. 
Así fue que trascendido el prestigio y popuiaridad de Fabrini, el Club Nacional de Fútbol de Montevideo lo inorpora a sus filas. Transcurría 1941 y en Nacional militaban los mas extraordinarios jugadores orientales, base de su Seleccionado Nacional (el de la celeste venerada) y con solo mencionar la formación de Nacional los memoriosos y estudiosos del futbol rioplatense acertarán un coincidente objetivo de admiración y respeto. Recordemos este equipo, cuatro años campeones consecutivos: 1941-1944, con Paz, Pini y Romero; Luz, Galvalissi y Gambeta (el "Petiso heroico"); Castro, Fabrini, Atilio García, Porta y Zapirain. 
Siguiendo su derrotero con el título ganado de embajador del fútbol rioplatense con esa pasión que le envolvía el ser y trasladaba sus piernas, Fabrini se incorpora en el año 1945 al Audax Italiano de Santiago de Chile clasificando Campeón de la Asociación Chilena en el siguiente año 1946. Otro eslabón en su dilatada carrera le significaba su incorporación al Sporte Clube de Bahia (Brasil), cuyo equipo en el que participaba Fabrini de indiscutido titular se clasifica campeon de la Federación Bahiense de Futebol, los años 1947, 1948 y 1949. Advertido por la realidad que el reloj del tiempo le estaba acercando la hora de la declinación fisica (fueron quince años ininterrumpidos de actuación en primera división) por propia y sabia decisión se aleja de las canchas y de aquellos públicos de todas las latitudes, testigos de su sapiencia y talento de crack indiscutido. El hombre, con dolor, rompía los lazos que lo unieron al jugador, que quedaba en el camino andado como una bruma melancólica.

1950 fue el año del retorno a su patria. A su querida ciudad de Rosario que nunca separaría de sus recuerdos en su largo peregrinar futbolero. Aqui, incluso, siendo muy joven había formado su hogar uniéndose en matrimonio con Ada Chiavazza -hija del decano de los fotógrafos deportivos de Rosario-, compañera de destinos y rutas insospechadas, de inquietudes y esperanzas, de alegrías y tristezas inevitables, la que alimentó el motor de su genio inculcándole permanentemente la necesaria fe en la empresa que ambos acometieron indisolublemente. E1 mencionado año 1950, convocado por las autoridades de nuestro Club y promediando el Campeonato Oficial, se hace cargo de la Dirección Técnica del plantel profesional en cuyo primer equipo se alineaban: Musimessi, Cabrera y Peloso; Lombardo, Faina y Martines (el "Tacherito"); Contini, Mardiza (qué fuerza tenía este "Gringo"), Benavidez (el "Doctor"), Montaio (el Elio pintoresco y querido) y Marcelito Ortigüela."


En el invierno de 1950 el Deportivo La Coruña español contrata a Geronimo Diaz como Entrenador. En pleno campeonato de AFA emigra. Quien se hace cargo del primer equipo de Newell's Old Boys es José Próspero Fabrini, multicampeón Leproso en la década del 30. Debuta en el Parque con un formidable 7 a 2 a tigre. Logra sostener el andar del equipo en base a trabajo y esfuerzo.
En octubre Newell's se prepara para recibir a rasin y la opereta del circo periodístico porteño. Newell's le hace frente y sale victorioso por 3 a 2, con goles de Contini, Ortiguela y Benavídez. El futuro campeón del torneo se vuelve con el rabo entre las piernas a la capital.
Aquí vemos al primer equipo Leproso previo al encuentro:
 
Newell's Old Boys 1950, arriba: José Fabrini Entrenador, Salvador Alonso Masajista, Oscar Cabrera, Julio Elías Musimessi, Roberto Martínez, Ubaldo Faina, Roberto Puisegur, Juarez kinesiólogo, Francisco Lombardo y Juan Carlos Sobrero, ex jugador y Gloria Leprosa, como Auxiliar. Abajo: Raúl Contini, Basilio Mardizza, Juan Benaví­dez, Elio Montaño, Marcelo Ortiguela y Chapita Marassi Auxiliar.

"En 1951 emigró a Colombia alentando una idea largamente pergeñada: mostrar el futbol argentino en esas tierras y con un plantel de jugadores de Primera "B" que el mismo reclutó y que por aquél tiempo podían ingresar al futbol Colombiano sin sus respectivos y reglamentarios pases internacionales, acometió la empresa. Su idea prosperó fructificando inesperadamente en una situación insólita e inédita por sus derivaciones; el Club de Deportes Quindío contrató el plantel de Fabrini, el que representó a esa institución hasta 1954 (con algunas incorporaciones locales) en los torneos de la Liga Dimayor de Colombia. 

En 1955 regresa a la Argentina y de común acuerdo con las autoridades de nuestro Club, que así se lo solicitan, retoma la Dirección Técnica del Plantel Profesional, y de una situación sumamente comprometida en la tabla posicional, logro una interesante colocación, a despecho de la afición rojinegra que no confiaba abiertamente en sus jugadores. 

Tan es así que recién iniciado el año 1956, se le propone a la institución una gira por Brasil, a la que se oponían, incluso algunos dirigentes, por estimar poco eficiente a nuestro plantel para una aventura de tal naturaleza y con mezquinas posibilidades del éxito de la misma. Por fin, contra viento y marea, la delegación del Club -que también integré- con Fabrini a la cabeza de sus muchachos, viajó a Sao Paolo (Brasil) y en una competencia internacional en la que participaban los equipos superiores de los clubes locales Sao Paolo, Santos, Sociedad Portuguesa, Corinthias y Palmeiras y como invitados Nacional de Montevideo (campeón uruguayo); Boca Juniors de la Capital Federal (subcampeón argentino) y Newell's Old Boys de Rosario, nuestra institución no solo cumplió una tarea excelente sino que clasificó Sub Campeón del Torneo, obteniendo un importante trofeo y una más importante suma de dinero por dicha colocación. 

Newell's Old Boys 1956. Arriba: José Fabrini entrenador, Jorge Griffa, Masuelli, Boveri, Coronel, Ramaciotti, Raúl Miralles y el Profe Rodolfo Más. Abajo: Nardiello, Picot, García, Toranzo, Urquiza y Salvador Alonso Masajista.
 En 1957, nuestro personaje, reclamado por el "Deportes Quindío" retorna a Colombia. Aquí se radica temporariamente y ya aceptado como técnico capaz y honesto incursiona en esta faz en el "Ca1das de Manizales", en el "Deportivo Ca1i" e "Independiente Medellin" de la ciudad del mismo nombre y en cuyo suelo quedaron abatidas para siempre, y pesar del mundo cancionero, las alas inquietas y viajeras de "Nuestro Zorzal inolvidable"...

Lentamente, ya está bajando el telón y sobre el escenario cuyo decorado pintara la mano invisible de la evocación, se desdibuja en un mutis imaginario la figura de nuestro personaje, que hemos recreado con el cariño y la admiración que su trayectoria merece. Porqué fue un jugador de fútbol extraordinario, y aún más importante, porque es una criatura humana de perfiles singulares y de excepción. Y asi trasluce. 

-"Ahi va Fabrini..." y con él, agrego yo, transita la gloria viviente de un pedazo grande de rojinegro orgullo..."

José Fabrini completó 122 partidos con la Rojo y Negra entre 1934 y 1939. Marcó la formidable marca de 93 goles. Campeón del 34 y 35. Volvió al Parque como entrenador 1951, y 1955-56, en el 56 compartiendo dupla con René Pontoni. 

¡¡Salud Fabrini, Newell's no te olvida!!

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